En esta rutina complementamos la higiene facial con un tratamiento personalizado de alta cosmética adaptado a cada tipo de piel. Utilizamos distintas técnicas para exfoliar la piel, eliminando células muertas para que el proceso de extracción no sea muy agresivo y facilitar la penetración de los principios activos del tratamiento posterior.
A continuación, aplicamos el tratamiento, calmamos e hidratamos la piel y finalizamos la sesión con la aplicación de una mascarilla que se ajuste a las necesidades de tu piel.
